viernes, 14 de diciembre de 2007

Talking about entonces

A continuación algunos de mis textos escritos en algún otro espacio durante mi adolescencia.

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La vieja y los locos de San Lázaro

Descubierta, varada en un sofá, podando este calvario de vellos pálidos, olfateando un recuerdo chiflado de una faena erigida en la fantasía de mis sueños desenfrenados, mientras viajaba desnuda y dormida en el tranvía del letargo.
Loca, si, me tildan de loca, porque de vieja agonizo ante fogosidades nefandas y pago a los sujetos más asqueados por la sociedad para otorgarme, para concederme, ¡y para llevar a cabo las fiestas del placer!

Acaríciame, como si esta piel fuera el agua de una diáfana fuente, con musas y ruiseñores, en una tarde acalorada, de sudor salobre mientras dos espejos que derivan de mis ojos transitan una vía que culmina en lengua, lengua hacia los lados que indaga gotas y gemidos.

Y jugaré a ser noble, juego a que soy cándida y a que soy inconmovible ante pieles forasteras descalzas, y siento unos dedos tiesos recorrer el tejido que disfraza el desenfreno. Y jugaremos a los súcubos e incubos que se esconden, que se buscan, que se encuentran y se reducen al silencio.
Pero mis locos tienen hambre, siempre están hambrientos, hambre de perros errabundos que escudriñan basureros y el hambre es profana cuando la carne anhela pieles…



(Mío e inspirado en la orgía de Buenaventura)





xxx concédeme SERENIDAD para ACEPTAR las cosas que no puedo CAMBIAR, VALOR para cambiar las cosas que PUEDO y SABIDURIA para RECONOCER LA DIFERENCIA.








Indefensa

 Y me siento mariposa entre los dientes de la parca

Víctima y victimaria
Reclamando deseos a pestañas que se lleva el céfiro.
Las bestias alrededor olfatean mi turbación
Pero desconocen mi coraje
El de una bestia envuelta en pieles mansas.
He conocido el mal en diversas ocasiones
Lascivo, eufórico y silbaba
Con ambiciones de extirpar en mi la subsistencia escurridiza  
¿Mariposa?, sobreviene la metamorfosis regresiva
Y soy la oruga que se arrastra por los escombros del pánico...

 


 

No se de razones

Piel que arrastra ésta uña como toga y tras ella carne húmeda que gime

He intentado formas tibias
Ninguna sugestiva para ti siquiera
Luego concluyo en lo superfluo
Quizás soy algo más breve y no he sido concebida.


Tu lengua anciana transita mi columna invertebrada
Cierta  noche tapizada en naranja
de aquellos párpados estelares estridentes
que envuelven el proscenio de una piel que teme
y se esconde sombría bajo indumentarias
que no guardan lo que anhela ser percibido
 
A veces hay vida que emerge de la nada.




Y entre tanto 

Contenta y con tanto anhelo contenido
que llueven sobre mi suspiros
De tu cuerpo ausente
y me siento noche con olor a fresas inertes con ganas de ser mordidas
por una luna que parpadea y cuya lengua cubre mi desnudez imprudente

Sucubo de pieles dúctiles
que se deshacen como nubes entre meñiques fragmentados
y el olor a jengibre  que se desprende de mis axilas fundando flores  y campanillas que repican en mi mirada carente de pretérito imperfecto,
Usurpada por el calvario del monte de Venus.

Sabor amargo dulces impaciencias
Espera citadina por el tranvía de sosiego
que se extiende como humo que desprende de mi aliento
y rescinde en jadeo derivado del placer bautizado en gotas color verde
que derivan de mis poros y mis intervalos.      

Danza de organismos acoplados por simbiosis
Mutante de corcheas exhaustas
Que lamen sollozos y espaldas bajas
Y sucumben ante la convulsión de cutículas temblorosas
Y alteraciones melódicas bizarras.

Algodón dulce color rosa se desplaza desde tu beso a mis papilas gustativas
Olor a mar manido de ocurrencias de manos que buscan cuerpos como cerros no explorados
Por las plumas del mentón y labios prófugos
Desertores de pezones extenuados.

Aliento


Cepillo mis dientes con el artefacto color púrpura 
en la noche nublada carente de estrellas azules, en el cielo detrás de las puertas invisibles que separan mi yo de tu tú entonces es piel pero inhumana porque decidí que simbiosis es lo que quiero cuando te acercas, cuando te huelo, porque hueles a pera y a pie de manzanas, y ojos que miran en mi lo que no entiendo que me hace amada-amante-amable y no que son bonitas esas palabras pero son algo, y algo es algo, que no es postmodernismo, ni marilyn monroe con su vestido volatil al lado del papa y de sai baba.

 

 

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